Para el diseño del prototipo MASI, se contemplaron todas las características mínimas necesarias que un ventilador de este tipo debe tener. Esto incluye diferentes modos de operación que un paciente con la COVID-19 necesita durante las etapas críticas de la enfermedad.
El sistema se basa en una bolsa resucitadora que se encarga de ventilar al paciente de forma adecuada. Para controlar este proceso, se monitorean variables claves, como la presión, el flujo y el volumen de todo el sistema. Con esta información, un médico intensivista podrá utilizarlo en uno de sus tres modos de ventilación: volumen control, presión control y presión soporte. El modo de ventilación adecuado variará según el estado de cada paciente. MASI cuenta con una pantalla interactiva que le permite al médico, enfermera o técnico intensivista monitorear las variables y la condición del paciente, así como cambiar entre modos de ventilación en el momento que considere adecuado.
Además, este equipo tiene la capacidad de detectar anomalías y generar alarmas, tanto sonoras como visuales, que se envían también de manera inalámbrica para que el médico intensivista las reciba en su celular.
Debido a la alta tasa de propagación de la COVID-19, MASI está diseñado para ser 100% esterilizable y evitar contagios de un paciente a otras personas. También cuenta con baterías que le brindan autonomía por unas horas en caso hubiera un corte de energía, pues la vida de un paciente depende de su funcionamiento ininterrumpido
Si eres una empresa o persona natural y quieres apoyar a este proyecto crucial para superar la crisis originada por la COVID-19 en nuestro país, comunícate con Verónica Montoya, Gestora del Proyecto MASI.